Un consejo legislativo dominado por oficialistas venezolanos declaró ayer “vacante” la gobernación del estado Zulia, que había sido ganada por el único opositor que rechazó subordinarse a la Asamblea Constituyente chavista.
“En sesión ordinaria este Parlamento zuliano (consejo legislativo) declara la vacante absoluta del cargo de gobernador del estado Zulia para el período 2017-2021”, informó el organismo regional.
Además, los legisladores designaron a Magdely Valbuena, presidenta del consejo legislativo, como gobernadora encargada.
Juan Pablo Guanipa, un abogado de 52 años, ganó la gobernación de Zulia, el estado más poblado del país, frente al oficialista Francisco Arias, un militar de 66 años que colaboró en un intento de golpe liderado por el expresidente Hugo Chávez.
La decisión se produjo tras caducar el ultimátum otorgado por la Constituyente -que rige con poderes absolutos desde agosto pasado- para que se juramentaran todos los gobernadores elegidos el domingo 15 de octubre, 18 del oficialismo y cinco de la oposición.
La Constituyente acordó, en sesión de ayer, repetir las elecciones en Zulia en diciembre, sin precisar la fecha. Ese mes también se realizarán las elecciones municipales por decisión de esa Asamblea Constituyente.
La ley establece que los consejos legislativos regionales son los encargados de juramentar a los gobernadores, pero el presidente Nicolás Maduro dispuso que para ejercer sus cargos debían obligatoriamente subordinarse ante la Constituyente.
En Twitter, Guanipa calificó la decisión del consejo legislativo de Zulia como un “golpe de Estado” y un “asalto a la voluntad del pueblo”.
Eurocámara otorga premio Sájarov a oposición venezolana
La Eurocámara galardonó ayer a la oposición venezolana con el premio Sájarov a la libertad de conciencia, un reconocimiento que corona su apoyo constante a los detractores al gobierno de Nicolás Maduro.
“Hoy apoyamos la lucha de un pueblo por su libertad”, resumió el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, al anunciar el veredicto que, a ojos de la izquierda radical europea, supone una “instrumentalización” del premio.